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domingo, 10 de mayo de 2015

El Ciclón boliviano vive la paz en Buenos Aires

A mediados de los años 80, en La Paz hubo figuras de colección de El Ciclón, muñecos de acción, máscaras y capas, los niños jugaban a que eran el conocido luchador libre que constantemente competía.
Hace 18 años, el hombre de la máscara azul migró a Buenos Aires y esta semana regresó a Bolivia. No para vivir, sino para ser parte del estreno de La Paz en Buenos Aires, un documental sobre su vida, hecho en Argentina.

Detrás de la máscara
Erasmo Chambi, de 53 años, padre de dos varones y una niña, casado con Guillermina Ramos, vive en el barrio de Liniers, es el fundador de la morenada Unión Camacho plana mayor, conductor del programa radial Mundo Folclórico, es jefe de publicidad de ventas de lotes (orgullosamente dice haber vendido más de mil), político en el partido Ramón Vera, los fines de semana es sastre y en Argentina le dicen ‘El Don King’, por llevar luchadores bolivianos a este país, donde hace presentaciones en un ring que construyó en su casa. Allí también entrena a su hijo para que continúe su legado como Ciclón Jr.

La Paz en Buenos Aires
El jueves se estrenó en la Cinemateca boliviana La Paz en Buenos Aires, filme que ha recorrido diversos países y ganó como mejor documental en el Festival de Mendoza. ¿Qué dice la crítica? Han sido buenas por relatar las cotidianeidades del boliviano en sus diferentes aspectos culturales, observando con discreción la lucha, no solo la libre, sino la diaria hasta lograr convertirse en una persona exitosa.

Marcelo Charras es el director y quien sedujo a El Ciclón para que fuera parte del proyecto. Siempre le gustó contar historias de héroes marginales y después de leer una nota corta en un periódico alternativo fue a buscar a El Ciclón, cuyo hijo recientemente había participado en un show de luchadores en Telefe. Charras encaró un viaje a Bolivia para saber quién era ese mítico hombre con máscara y descubrió la historia de un verdadero campeón y lo convirtió en una historia de 70 minutos, a lo largo de los cuales relata cómo el legado de El Ciclón pasa a El Ciclón Jr.

En declaraciones a la prensa argentina, Charras comenta lo difícil que puede ser entrar en la comunidad boliviana, pues es muy cerrada. Es así que decide centrarse en lo que sucede dentro de la casa de Chambi, en su ring y en cómo este hombre, reconocido en la comunidad boliviana, vive tan arraigado a sus tradiciones a tal punto que sigue hablando aimara, en Buenos Aires.

Chambi estará hasta fin de mes en el país, y luego quiere viajar por México, para pasear dice él, aunque irá con su hijo, quien sí estará en el ring.

“Yo no era un campeón, pero la prensa me ha convertido en uno”, afirma El Ciclón, que recuerda que lo primero que puso en su maleta al momento de dejar el país fue su máscara.

Al volver a Bolivia y ver tantos cambios en lugares que alguna vez vio abandonados se siente conmovido y desea con ansias conocer al presidente, para poder conversar con él.

El Ciclón está muy agradecido con Argentina, pero sin dudar volvería a su tierra. “Esta es mi casa, aquí puedo hacer lo que quiera”

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